Pues nada que se impone la tesis de los violentos,
la de los antisistema, la de los quieren imponer su forma de pensar y sus
métodos. Y el estado de derecho vuelve a flaquear y a ceder ante los okupas.
Algo que se repite últimamente, como ha ocurrido en
Córdoba con el colegio Rey Heredia, aunque en este caso sin violencia, pues es
cierto que en Córdoba los okupas no han tomado la calle. Pero el ayuntamiento
ha decido igual.
Cosas de este sistema en el que vivimos, en el que
los políticos, con su calculadora de votos en la mano evitan actuar de forma
contundente cuando la Ley les ampara. Así nos va.